jueves, 26 de junio de 2008

La vejez

Tengo una abuela. noventa y cuatro años. Trabaja desde que se mantuvo firme en las dos piernas. Se las arregla sola desde entonces y se fue lejos de la casa de su madre para trabajar. Toda una vida en movimiento. Toda una vida de trabajo. Hoy esta vieja. El cuerpo no le responde. No le resulta facil y no lo acepta. Le duelen las rodillas, las piernas, los ojos le lagrimean y le cuesta aceptar que es por la edad. Que la medicina ya en ciertas cosas no tiene soluciones sino solo paliativos. Cada dia le cuesta mas y mas caminar. Dice que el dia que tenga que usar una silla de ruedas se muere. Tal vez le ocurra eso, luego de una gran depresion. Luego de una gran tristeza por verse inmovilizada. Para que vivo? me pregunta, no puedo hacer nada. Y muchas veces no se que decirle. Yo no quisiera estar en su lugar. Viviendo en un geriatrico, donde otros deciden por mi cuando como, cuando duermo... Con un cuerpo gastado, sin distracciones, casi no puede leer, ni caminar, nada que la distraiga porque el cuerpo no acompaña. Que le puedo contestar cuando me dice que esta cansada de vivir. Yo tambien lo estaria. La vejez es muy cruel. Sobre todo cuando el cerebro sigue alerta y ve atentamente la caida pero sin poder evitarla.
Cuando me voy y ya estoy en la calle, le ruego a Dios, que si va a morir sea sin sufrimiento. Simplemente que se duerma y ya no se despierte. Que sea un deslizarse fluido de un estado a otro. Tal vez alguien diga que soy cruel, o que no quiero a nadie, pero es lo que pienso.

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